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en Línea. La amenaza de otro impacto de asteroide como el que cayó en el centro
de Rusia este año es mucho más alta de lo que se pensaba hasta ahora. Así
lo sugiere un estudio publicado en la revista científica Nature en el
que investigadores constataron que rocas espaciales tan grandes como un casa y
de un tamaño similar a la que explotó sobre la localidad de Chelyabinsk, están
viajando hacia la atmósfera de la Tierra con una frecuencia sorprendente.
Los
científicos dicen que es necesario poner en marcha sistemas de alerta temprana.
El
autor principal de la investigación, el profesor Peter Brown, de la Universidad
de Western Ontario en Canadá, le dijo al programa de la BBC Science in Action:
"Probablemente merezca la pena crear una suerte de sistema que escanee el
cielo de una forma casi constante y busque estos objetos antes de que alcancen
la Tierra.
"En
el caso de Chelyabinsk, una alerta previa de unos días o una semana hubiera
sido valiosa", precisó.
El
objeto que cayó en la ciudad rusa se hundió en el lago Chebarkul, lo que causó
una perforación de seis metros de ancho en el hielo de la superficie.
Científicos
afirman que la roca recuperada parece ser el fragmento más grande de un
meteorito que se ha encontrado hasta ahora.
"En
el caso de Chelyabinsk, una alerta previa de unos días o una semana hubiera
sido valiosa"
Peter
Brown, Universidad de Western Ontario, Canadá
Se
calcula que el asteroide que explotó sobre Chelyabinsk el pasado 15 de febrero
medía cerca de 19 metros de ancho. Golpeó
la atmósfera con una energía que se calcula era equivalente a 500.000 toneladas
de TNT, generando una onda sísmica que dio dos vueltas alrededor del globo.
Causó daños generalizados e hirió a más de 1.000 personas.
Ahora,
los científicos dicen que puede haber más rocas espaciales de este tipo en
rumbo de colisión hacia la Tierra.
Un
equipo internacional revisó datos de los últimos 20 años recopilados de
sensores que utiliza el gobierno de Estados Unidos y sensores de infrasonidos
posicionados en todo el globo.
Estos
sensores están colocados para detectar la amenaza de armas nucleares, pero
también pueden capturar las explosiones causadas por impactos de asteroides.
Los
investigadores comprobaron que, durante este tiempo, cerca de 60 asteroides de
hasta 20 metros de tamaño se habían estrellado en la atmósfera de la Tierra:
muchos más de lo que se pensó previamente.
La
mayoría de ellos pasaron inadvertidos porque explotaron sobre el océano o sobre
zonas muy remotas.
Brown
explicó: "Fuimos capaces de obtener la tasa de incidencia que se podría
esperar de eventos como el de Chelyabinsk y de impactos menores. Cuando se
compara con las cifras que se reciben de las observaciones con telescopio,
nuestros números son varias veces más altos".
Esto
sugiere que el riesgo que suponen los asteroides de este tamaño ha sido
subestimado hasta ahora.
Más
impactos y mayor presencia
El
equipo calcula que la tasa de alcance de asteroides de decenas de metros de
tamaño oscila entre 2 y 10 veces más de lo que se pensaba hasta ahora.
"Algo
como lo de Chelyabinsk se esperaría que ocurriera sólo cada 150 años, según la
información de los telescopios. Pero cuando se analizan nuestros datos y se
extrapolan, vemos que estos eventos parecen estar ocurriendo cada 30 años o
así", dijo Brown.
Un
evento como el impacto de Tunguska en 1908, año en que un asteroide aplanó
miles de kilómetros cuadrados de bosque en Siberia, probablemente ocurra cada
pocos cientos de años en lugar de cada pocos miles de años, añadió.
Brown
defendió que se deben hacer más esfuerzos para crear sistemas de alerta
temprana.
"Hay
literalmente millones de objetos en el rango de las decenas de metros de tamaño
que sospechamos son asteroides cercanos a la Tierra que pueden aproximarse a
nuestro planeta", explicó.
"Sólo
hemos descubierto algo más de 1.000 de estos elementos. Hay muchos más por
encontrar, pero sería muy caro encontrarlos todos y probablemente no tendría
mucho sentido, porque la atmósfera los detiene en muchos casos.
"Lo
que sí puede tener sentido es desarrollar sistemas que encuentren objetos unos
días o semanas antes de que lleguen… que digan dónde y cuándo impactarán la
Tierra. Esto permitiría que se diera algún tipo de alerta a las autoridades de
defensa civil".
En
otro estudio, también publicado en Nature, los científicos dijeron haber
rastreado el asteroide del que se escindió el meteoro de Chelyabinsk.
Creen
que es un fragmento de una roca de 2 km de ancho llamada asteroide 86039.
El
profesor Jiri Borovicka, de la Academia de Ciencias de la República Checa, dijo
que las órbitas eran "llamativamente similares", aunque el equipo no
pudo probar "el origen común con certeza absoluta".
NEL/Terra
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