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en Línea. La noche debió ser muy tensa en Palacio de Gobierno. A las 11:15 p.m.
informó oficialmente que el presidente Ollanta Humala había aceptado la
renuncia del consejero presidencial en asuntos de Seguridad y Defensa Nacional,
coronel EP ( r ) Adrián Villafuerte Macha.
Justo
esto ocurrió luego de varias horas de reunión entre el mandatario y el premier
César Villanueva por el escandaloso caso de la protección policial al
colaborador montesinista, Óscar López Meneses, por el que solo habían caído
mandos policiales y el ministro del Interior Wilfredo Pedraza. Villafuerte es
hombre de estrecha confianza del mandatario. Sin embargo, desde que fue
designado en ese cargo se recordó sus vínculos con la esfera de poder de
Vladimiro Montesinos.
Respecto
al caso, fuentes castrenses de inteligencia informaron que actualmente López
Meneses (45 años) tendría vínculos con determinados sectores de la Dirección
Nacional de Inteligencia (DINI).
Estas
conexiones de López Meneses, cuya residencia fue custodiada de manera irregular
durante los últimos 16 meses, no empezaron en el actual gobierno, sino que se
remontarían al anterior régimen, de acuerdo con las mismas fuentes, que
pidieron la reserva de su identidad.
Pero
ha sido en la gestión de Humala que López Meneses se ha visto fortalecido, a
tal punto que este fue invitado –la semana pasada– a la ceremonia del
aniversario 22 de la VII Dirección Territorial Policial, por el
propio general PNP Luis Praeli, entonces jefe de esa jurisdicción. La
función extraoficial de López Meneses tendría que ver con tres áreas que
desarrolla la DINI: operaciones psicosociales, seguimiento de inteligencia
a objetivos políticos y la aplicación de tecnología en casos específicos.
Respecto
a esto último, las fuentes señalaron que López Meneses estaría relacionado,
además, con el manejo de algunos de los 90 equipos de interceptación telefónica
que habrían sido adquiridos el año pasado por Inteligencia estatal.
Las
fuentes indicaron que antes del gobierno de Humala, Inteligencia estableció que
el cómplice de Montesinos era un conspirador que ofrecía ascensos o cambios de
colocación, en el caso de los militares, y negocios o contactos de alto nivel,
a civiles. Fue así que López Meneses –pese a estar en el penal San Jorge, en
2005– se vinculó a compañeros de la promoción castrense de Humala, durante la
primera campaña electoral de ese año.
¿Qué se protegía?
A pesar de que han transcurrido tres días desde que se destapó el caso del
irregular resguardo policial –que incluyó la vivienda de Óscar López Zapata,
padre del exoperador montesinista– hasta ahora se desconoce qué o a quién se
custodiaba con excesivo despliegue de personal y recursos de la Policía
Nacional y también del serenazgo de la municipalidad de Surco.
Lo
que se sabe es lo que ha quedado registrado en documentos oficiales de la
institución policial: que la primera orden provino de la Marina, a través del
jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA), el 29 de mayo del
2012. Esto en referencia a la casa de López Meneses, de la calle Batallón
Libres de Trujillo 209, Surco, en donde supuestamente vivía el almirante José
Cueto Aservi.
Así
lo consignaron, por escrito, diferentes oficiales PNP, entre generales,
coroneles y comandantes, mediante notas informativas, memorandos múltiples y
órdenes telefónicas.
Esas
comunicaciones oficiales fueron ratificadas en los últimos días por el general PNP (r)
Raúl Salazar y los altos oficiales de la misma institución en actividad Carlos
Gómez Cahuas, Aldo Miranda y Luis Praeli, estos tres últimos removidos de sus
cargos por su presunta participación en el caso. Ellos afirmaron que recibieron
esa dirección de parte de Cueto Aservi, quien, a su vez, lo ha negado
enfáticamente.
Los
policías indicaron que dialogaban con el jefe del CCFFAA a través del número
de celular 954717650 que, todo indica, era utilizado por personal de la Marina.
Algo
similar sucedió con el domicilio del padre de López Meneses, el pasado 12 de
agosto. Aunque en este caso, la propia entidad policial justificó la presencia
de un contigente de resguardo bajo el argumento de que se custodiaba la
residencia del mandatario Ollanta Humala, que está a varias cuadras de distancia
de la referida vivienda.
No
obstante, resulta extraño que el 15 de agosto último, la PNP haya
dispuesto la instalación de un “servicio de patrullaje móvil y vigilancia
permanente” en el domicilio real del marino, situado en la calle Enrique
Granados, en San Borja, pues la entidad castrense cuenta con su propia
dirección de seguridad.
Asimismo,
llama la atención que se haya mantenido la custodia policial en la residencia
de López Meneses –que oficialmente se decía era de Cueto–, a pesar de que ya se
conocía el domicilio verdadero del alto oficial.
Reporteros
de este diario constataron que los inmuebles de López Meneses y de su padre
tenían una cantidad inusual de cámaras de vigilancia conectadas directamente a
las viviendas. Es más, una cámara de video de la Municipalidad de Surco tiene
un cable que llega hasta la casa del progenitor del operador montesinista.
NEL/Perú21
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