Isaac se
convirtió hoy en un huracán de categoría 1 en su paso por el
Golfo de México rumbo a la costa de Louisiana, adelantó el Centro Nacional de
Huracanes (CNH) de Miami poco después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, llamara a la población
local a tomarse “muy en serio” el ciclón.
Según dijo el CNH, Isaac tiene ya vientos máximos
de 120 kilómetros por hora, lo que lo
convierte en un huracán de categoría 1, y avanza a una velocidad de 17
kilómetros por hora en dirección noroeste.
Actualmente se encuentra a 115 kilómetros
al sur-sureste de la desembocadura del río Mississippi y a unos 250
kilómetros de Nueva Orleans, de acuerdo con el CNH. Podría tocar tierra en la ciudad
sobre las (7:00 p.m.), justo el día que se cumplen siete años desde que el
huracán Katrina inundó Nueva Orleans, dejando 1.800 muertos.
Según la escala de huracanes de
Saffir-Simpson, esta escala significa que vientos podrían ocasionar daños en
las estructuras de los edificios. Además, provocarían daños básicamente en
casas flotantes no amarradas, arbustos y árboles e inundaciones en zonas
costeras y daños de poco alcance en puertos.
ALERTA MÁXIMA EN LOUSUABA Y MISSISSIPI
En breves declaraciones desde la
Casa Blanca antes de partir rumbo a eventos de campaña, Obama
había advertido a la población de la seriedad de la amenaza meteorológica,
pidiendo que hagan caso de las instrucciones de las autoridades locales .
En los estados de Lousiana y Mississipi
las autoridades hicieron evacuar las zonas bajas cercanas a la costa. La mayor parte de los
aeropuertos están cerrados y los habitantes de la zona se abastecienron de alimentos y otros
productos de primera necesidad. En Gulfport, la segunda ciudad más grande de Mississippi
se decretó un toque de queda.
En Nueva Orleans, muchas gasolineras se
quedaron sin combustible, según informaron varios medios. En algunos lugares,
la gente cubrió sus ventanas con tablones. El alcalde de la Nueva Orleans , Mitch
Landrieu, aseguró que en
esta ocasión la ciudad está bien preparada,
en comparación con lo ocurrido en 2005. “Esta tormenta no va a traernos nada
que no podamos controlar”, aseguró.
Fuente:
Noticias en Línea – El Comercio
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