Tras el terremoto en Pisco, en
el año 2007, el gobierno
venezolano donó
casas para albergar a 100
familias chinchanas que se encontraran en desamparo. Esas
viviendas fueron entregadas a través de un sorteo que se realizó públicamente
pero bajo condiciones sospechosas.
Las lista de
los beneficiados con las viviendas demostraba que mucho de los ganadores
no necesitaban de manera urgente una casa, es más, se apreciaba miembros de una
misma familia en la lista y muchos de ellos eran parientes de funcionarios
municipales.
Muchas de las
casas se encuentran abandonadas y otras son alquiladas, pese a que la condición
de la adquisición de estas era que no
podían ser vendidas ni alquiladas. El objetivo de estas
viviendas donadas por país petrolero era ayudar a las familias que perdieron su
vivienda por el terremoto, pero esa condición no se ha cumplido de todo porque
otros son los beneficiados.
Fuente: Noticias en Línea - La República
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