Para los entendidos, el anunciado proyecto de Ley de Reforma Magisterial, elaborado por el Ejecutivo, tiene aportes positivos y sanas intenciones,
pero también algunas cosas negativas y olvidos graves.
Según Carlos
Malpica Faustor, uno de los ministros de Eduación del gobierno
toledista, la más positiva de todas es el esfuerzo por unificar a todos los
maestros bajo un mismo régimen, pues resultaba "jurídicamente
inaceptable" la existencia de dos carreras a la vez.
Igual lo cree el pedagogo y especialista de Foro Educativo Manuel Iguíñiz Echeverría,
pues actualmente para profesionales que cumplen la misma función de enseñanza
directa a los niños y niñas de la educación básica las condiciones de trabajo
son muy distintas.
"No me parece acertado mantener una carrera activa, regente,
y la otra congelada. Las dos carreras deberían ser cumplidas porque son leyes
o, en su defecto, integrarlas a la parte correspondiente de la carrera del
Estado, que es lo más conveniente", sostuvo.
En la actualidad,
mientras que los maestros que se rigen por la Ley del
Profesorado deberían
percibir una remuneración reajustable con el costo de vida (aunque hace 6 años
no reciben aumento); los que se incorporaron a la Ley de Carrera Pública Magisterial ganan un salario mayor en función al escalafón donde se
encuentran.
Pero a futuro, tal y como plantea el proyecto de Ley de Reforma Magisterial,
se espera establecer un piso o un ingreso básico que hoy no existe en la
vida del profesorado; además de ganar un monto con porcentajes bien
establecidos conforme a su nivel.
Sin embargo, lo malo de esta unificación, coinciden Malpica Faustor e Iguíñiz
Echeverría, es que al pretender derogar la Ley del Profesorado se
deja sin piso a los maestros que forman parte de la actividad privada.
"Eso es una falla, una cosa es modificar una ley y otra
derogarla", dijo el ex ministro tras indicar que, al desaparecer esas
leyes, con ellas también se extinguirían algunos derechos adquiridos en el
tiempo por el Magisterio, a pesar de que los derechos son irrenunciables.
A su turno, el miembro de Foro
Educativo lamentó
igualmente que los componentes que debe tener la escuela privada, respecto a su
enseñanza, no sean materia de discusión en este momento.
Pero a Malpica lo que más le preocupa es que en la exposicion de
motivos no se haya establecido ya el detalle del costo y del financiamiento.
"Por primera
vez en 50 años veo una ley así. ¿Cómo el Congreso va a aprobar una pelota tan grande que no dice
cuánto cuesta? Acuérdense que el Parlamento no tiene iniciativa de gasto, y que
la inversión más grande no la realizará este Gobierno. Hay varios problemas de
ese tipo bastante graves en este proyecto de ley", aseguró.
Acto seguido, indicó que tampoco ha quedado claro por qué
los profesores de la Ley
del Profesorado que ganaron sus escalas por ley ahora bajarán a los niveles I y II.
"Los voceros del Gobierno dicen que habrá un incremento
inmediato, pero eso no lo dice el proyecto de ley, no está especificado. No lo
veo", acotó.
Esta situación,
para Iguíñiz, podría generar un nuevo roce entre el Ministerio
de Educacióny el Magisterio, pues no ha quedado claro de qué manera
se cumplirá lo ofrecido, y muchos podrían entenderlo como una suerte de
"degradación".
Según Malpica, en lugar de modificar los niveles del escalafón, lo
que debió hacerse es crear "pasos" (o subniveles) para recatalogar
los sueldos, y con ello había necesidad de catalogar la escala.
Otra crítica es a que el documento final no fue consultado ni
debatido con las instancias respectivas, y el Ejecutivo se saltó las competencias de
educación compartidas en los gobiernos regionales, gobiernos locales e incluso
en el Consejo
Nacional de Educación (CNE).
Esto, avizoró Malpica, podría provocar que todo el Magisterio se
oponga e incluso plantee un referéndum.
Ambos expertos esperan que en el Congreso se dé el mejor debate
posible.
Fuente: La República
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