En su columna de hoy en La
República, Mario Vargas Llosa -Premio Nobel de Literatura 2010-
escribió en extenso de las corridas de toros; tradición que podría desaparecer.
“(...) para entender cabalmente estos ensayos
hay que amar los toros y no odiarlos, pues el odio obnubila la
razón y estraga la sensibilidad. Los aficionados amamos profundamente a los
toros bravos y no queremos que se evaporen de la faz de la tierra, que es lo
que ocurriría fatalmente si las corridas desaparecieran. Pero no ocurrirá, no
todavía por lo menos, no mientras haya corridas que, como esa semiclandestina
de Marbella de la tarde del 5 de agosto, nos hagan vibrar de emoción y gratitud ante un espectáculo de tanta
perfección, y nos den tanta voluntad y razones para seguir
defendiéndolas contra la prohibición, la última ofensiva autoritaria,
disfrazada, como es habitual, de progresismo”, dijo el laureado escritor.

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