Vestía
una impecable camisa blanca cuando encabezó la fila que seguían sus
cuatro cómplices de sangre, muerte y fuga, en los controles del
penal Piedras Gordas 1 de Ancón. Ahí el dominicano Lindomar Hernández Jiménez,
alias ‘Puerto Rico’, fue revisado al
milímetro y pasó. Detrás, Edgar Lucano Roas, ‘Lucano’,
con andar sigiloso, mirada gacha y el mismo particular atuendo,
también avanzó sereno.
Nada
debía levantar sospechas en los agentes del INPE para que el sanguinario ex
integrante de “Los Destructores”, Carlos Timaná Copara, también saliera sin
sobresaltos rumbo a la audiencia programada por el 34 Juzgado Penal de Lima con
el grupo que completaban el colombiano Segundo Vargas Moyano y Giancarlo
Zegarra Cuadros ‘Careca’. Toda discreción apuntaba a que ningún custodio
reparara en el voluminoso falso expediente
cargado por Timaná y dentro del cual se ocultó una llave de grifería para
quebrar puertas y
conseguir el escape. Minutos antes de las
2:00 p.m., los cinco hampones ingresaron a una carceleta judicial del penal de
Lurigancho.
Esa
tarde del 12 de junio último eran siete los agentes asignados para custodiar a
unos 200 reos que aguardaban por sus respectivas audiencias. Entonces, el grupo
de ‘Puerto Rico’, que ya había declarado, puso en marcha el plan urdido desde
hace un mes. Parte de una puerta de metal, en el segundo piso de la sede
judicial situada al lado del recinto carcelario, fue abierta lo suficiente para
que el dominicano y compañía ingresen hacia unas escaleras y así alcancen las
oficinas administrativas para luego llegar a la calle. No llevaban marrocas.
En
ese mismo momento, mientras el desconcierto prendía entre los encargados de
seguridad, cinco iracundas mujeres arremetían contra otro grupo similar afuera
del Lurigancho. El alboroto, aparentemente
premeditado, permitió a los sicarios confundirse entre el gentío y abordar con tranquilidad el vehículo
plomo de lunas polarizadas que aguardaba en las cercanías. De ahí, en viaje
raudo y sin escalas, habrían llegado al inmueble de tres pisos situado en la
cuadra 5 de Los Membrillos, urbanización Paraíso, Comas.
El
predio sirvió además como un almacén de armamento de largo alcance, explosivos
y municiones durante los días que devinieron en investigaciones a todo nivel e
imprecaciones de alto calibre al ministro del Interior, Wilfredo Pedraza.
Once
suboficiales de la Dirección de Seguridad de Penales y su jefe, el mayor PNP
César Bardales Herrera, fueron puestos al centro de las pericias. Además, la
lupa viró de nuevo hacia Carlos Aldabe ‘Fortachón’, sujeto al que inicialmente
se sindicó como contacto entre ‘Puerto Rico’ y el autor intelectual del
homicidio de Choy. Ahora ‘Fortachón’ era señalado por maquinar el escape y
correr con un presupuesto de S/.200 mil para que este se concrete.
Anoche,
mientras Carlos Timaná Copara ‘advertía’ desde la clandestinidad que la banda
ya estaba fuera de Lima, un contingente de la Sub Unidad
de Acciones Tácticas (SUAT) se desplazaba en secreto para bloquear los accesos y salidas
que los malhechores podrían utilizar para volver a escabullirse. La casa había
sido localizada la tarde del domingo y desde entonces no dejó de ser vigilada.
Cada movimiento había sido reportado. Incluso, los detectives llegaron a
deslindar que adentro una familia era intimidada y se tramaba el asalto a un
banco si prosperaba el señuelo lanzado por Timaná.
A
las 10:00 a.m. un grupo mixto de la PNP conformado por agentes Antinarcóticos,
Inteligencia y SUAT arremetió y se inició la intensa balacera. Una pareja, un
menor y una anciana fueron tomados de inmediato como escudos pero catorce
balazos acabaron con la vida de ‘Puerto Rico’ en el segundo nivel del predio. Otra
decena de proyectiles habría dado en ‘Lucano’ hasta matarlo y ‘Timaná’ quedó
herido aunque no de gravedad. En tanto, dentro del auto
estacionado afuera de la vivienda, y que también pertenecería a la familia
reducida, fueron aprehendidos otros dos delincuentes. Giancarlo Zegarra y
Segundo Vargas Moyano continúan prófugos.
Más
de 150 agentes iniciaron entonces un operativo de búsqueda en las casas
colindantes y traseras a la de Raúl y Rosa Salazar. Los primeras pericias dan
cuenta de que los hampones se presentaron como inquilinos para ocultarse hasta
perpetrar su golpe. Mientras tanto, efectivos de la Unidad de
Desactivación de Explosivos (UDEX) trabajaban en la anulación de una granada
tipo piña ante el pánico de los vecinos de la zona. “La policía
entró a rescatar a la familia y los delincuentes iniciaron la balacera. Se han
encontrado varias armas así como droga. Los ocupantes de la vivienda se
encuentran bien”, sostuvo el fiscal a cargo.
El cadáver
de Lindomar Hernández Jiménez fue levantado pasadas las 5:00 p.m. El desalmado criminal que a mediados
del 2009 llegó al país para insertarse en feroces bandas de asalto a bancos y
financieras, sucumbió en un escenario idéntico al que dejaban sus embestidas.
Su muerte, a sangre y fuego, sugiere la pregunta de peso: ¿Qué tan difícil será
ahora llegar a quién planeó el homicidio de Luis Choy, sin el testimonio de su
asesino?
Noticias
en Línea - El Comercio
No hay comentarios:
Publicar un comentario