jueves, 13 de junio de 2013

Tres muertos y 190 heridos en un choque de tren en Buenos Aires

Un choque entre un tren que se encontraba detenido y otro que lo embistió por detrás en una estación del suburbano de Buenos Aires ha causado al menos la muerte de dos hombres y una mujer y la atención hospitalaria de 192 personas. El accidente se produjo a las 7.07 de la mañana entre las localidades de Morón y Castelar. A pesar de que el tren que chocó llevaba frenos nuevos, el maquinista no frenó ni ante una señal de “precaución” ni ante otras tres de peligro, según informó la empresa pública que gestiona la línea Sarmiento.

A primeras horas de la mañana la empresa estatal emitió un primer comunicado en el que señalaba: "A las 7:07 horas, la formación 3725 chapa 19 se encontraba detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido ascendente, cuando, por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa 1 embistió de atrás a la formación que se encontraba detenida".

Horas después la compañía que gestiona la línea Sarmiento difundió otro mensaje más preciso: “En los instantes previos al impacto, de acuerdo al análisis que surge del monitoreo satelital, la formación frenó normalmente en la estación Morón. Posteriormente, la formación chapa 1 cruzó una primer señal a precaución (lo que determina que debe bajar la velocidad) y las siguientes tres señales a peligro. De acuerdo al reglamento operativo, ante una señal de peligro el conductor debe detener completamente la formación, situación que no ocurrió".
“Queremos determinar si se trató de un siniestro o un accidente”, señaló el ministro de Transporte, Florencio Randazzo, quien compareció ante los periodistas, pero no les permitió plantear ninguna pregunta. “Si se pudo evitar, no fue un accidente. Y si no, habrá uno o más responsables”, añadió. Randazzo confirmó que el tren que chocó, el chapa 1, tenía frenos nuevos. 

Precisó que el maquinista y su acompañante se encontraban “incomunicados” y apeló a la calma para que se puedan hacer las pericias judiciales. “El tren está provisto de una caja negra que registra las velocidades, la posición del manipulador, la tracción, el frenado, el hombre vivo”. Con el fin de ayudar a la justicia a completar sus investigaciones se suspendió durante 24 horas el servicio de la línea.

Las imágenes recordaron al choque que se produjo el 22 de febrero en la estación porteña de Once. En aquella ocasión murieron 51 personas cuando un tren con 1.500 pasajeros no frenó al llegar a la estación de Once y topó contra el andén. La presidenta tardó más de cinco días en comparecer ante las cámaras de televisión. El accidente ocasionó un enorme desgaste en la imagen del Gobierno.

“Las condiciones que crearon la tragedia de Once son las mismas que generan este mismo desastre”, declaró ayer Paolo Menghini, padre del joven Lucas Menghini Rey, quien falleción en Once aquel 22 de febrero. En el mismo sentido se expresó ayer Fernando Pino Solanas, candidato opositor a las elecciones legislativas de octubre. “[Néstor Kirchner y Cristina Fernández] tuvieron durante seis años al secretario de Transporte Ricardo Jaime, confeso delincuente. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Esto es la consecuencia de que ellos consolidaron la política de vaciamiento y de corrupción iniciada por Carlos Menem. Y la profundizaron comprando material obsoleto que venía sin repuesto”, declaró Solanas en Radio Mitre.
Al cumplirse el primer aniversario del accidente, los familiares de las víctimas leyeron un comunicado conjunto donde decían: “Ya nadie duda que la tragedia empezó a gestarse muchos años antes. Lo que pasó el 22 de febrero no fue un accidente ni la maniobra de un conductor imprudente, fue una tragedia previsible, producto de la situación desastrosa en la que funcionaba el servicio, producto de la ambición desmedida y del descontrol cómplice de los funcionarios,empresarios y sus socios sindicalistas”.

Los familiares añadían: “La tragedia de Once fue la consecuencia de la voluntad de enriquecerse sin importar las consecuencias. Actuaron con desprecio por la vida, creyéndose impunes. Hoy luchamos para que esa impunidad se termine. La corrupción no sólo se llevó la plata del pueblo, esta vez se llevó muchas vidas. La cara visible de la corrupción es la muerte y su cómplice es el silencio. Para ser más claros, los empresarios y funcionarios corruptos mataron a nuestros seres queridos”


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