Un
choque entre un tren que se encontraba detenido y otro que lo embistió por
detrás en una estación del suburbano de Buenos Aires ha causado al menos la
muerte de dos hombres y una mujer y la atención hospitalaria de 192 personas.
El accidente se produjo a las 7.07 de la mañana entre las localidades de Morón
y Castelar. A pesar de que el tren que chocó llevaba frenos nuevos, el
maquinista no frenó ni ante una señal de “precaución” ni ante otras tres de
peligro, según informó la empresa pública que gestiona la línea Sarmiento.
A
primeras horas de la mañana la empresa estatal emitió un primer comunicado en
el que señalaba: "A las 7:07 horas, la formación 3725 chapa 19 se
encontraba detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido
ascendente, cuando, por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa
1 embistió de atrás a la formación que se encontraba detenida".
Horas
después la compañía que gestiona la línea Sarmiento difundió otro mensaje más
preciso: “En los instantes previos al impacto, de acuerdo al análisis que surge
del monitoreo satelital, la formación frenó normalmente en la estación Morón.
Posteriormente, la formación chapa 1 cruzó una primer señal a precaución (lo que determina que debe bajar la
velocidad) y las siguientes tres señales a peligro. De acuerdo al
reglamento operativo, ante una señal de peligro el conductor debe detener
completamente la formación, situación que no ocurrió".
“Queremos
determinar si se trató de un siniestro o un accidente”, señaló el ministro de
Transporte, Florencio Randazzo, quien compareció ante los periodistas, pero no
les permitió plantear ninguna pregunta. “Si se pudo evitar, no fue un
accidente. Y si no, habrá uno o más responsables”, añadió. Randazzo confirmó
que el tren que chocó, el chapa 1, tenía frenos nuevos.
Precisó que el
maquinista y su acompañante se encontraban “incomunicados” y apeló a la calma
para que se puedan hacer las pericias judiciales. “El tren está provisto de una
caja negra que registra las velocidades, la posición del manipulador, la
tracción, el frenado, el hombre vivo”. Con el fin de ayudar a la justicia a
completar sus investigaciones se suspendió durante 24 horas el servicio de la
línea.
Las
imágenes recordaron al choque que se produjo el 22 de febrero en la estación
porteña de Once. En aquella ocasión murieron 51 personas cuando un tren
con 1.500 pasajeros no frenó al llegar a la estación de Once y topó contra el
andén. La presidenta tardó más de cinco días en comparecer ante las cámaras de
televisión. El accidente ocasionó un enorme desgaste en la imagen del Gobierno.
“Las
condiciones que crearon la tragedia de Once son las mismas que generan este
mismo desastre”, declaró ayer Paolo Menghini, padre del joven Lucas Menghini
Rey, quien falleción en Once aquel 22 de febrero. En el mismo sentido se
expresó ayer Fernando Pino Solanas, candidato opositor a las
elecciones legislativas de octubre. “[Néstor Kirchner y Cristina Fernández] tuvieron
durante seis años al secretario de Transporte Ricardo Jaime, confeso delincuente. Entonces, ¿de
qué estamos hablando? Esto es la consecuencia de que ellos consolidaron la
política de vaciamiento y de corrupción iniciada por Carlos Menem. Y la
profundizaron comprando material obsoleto que venía sin repuesto”, declaró
Solanas en Radio Mitre.
Al
cumplirse el primer aniversario del accidente, los familiares de las víctimas
leyeron un comunicado conjunto
donde decían: “Ya nadie duda que la tragedia empezó a gestarse muchos años
antes. Lo que pasó el 22 de febrero no fue un accidente ni la maniobra de un
conductor imprudente, fue una tragedia previsible, producto de la situación
desastrosa en la que funcionaba el servicio, producto de la ambición desmedida y
del descontrol cómplice de los funcionarios,empresarios y sus socios
sindicalistas”.
Los
familiares añadían: “La tragedia de Once fue la consecuencia de la voluntad
de enriquecerse sin importar las consecuencias. Actuaron con desprecio por la
vida, creyéndose impunes. Hoy luchamos para que esa impunidad se termine. La
corrupción no sólo se llevó la plata del pueblo, esta vez se llevó muchas
vidas. La cara visible de la corrupción es la muerte y su cómplice es el
silencio. Para ser más claros, los empresarios y funcionarios corruptos mataron
a nuestros seres queridos”
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