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en Línea. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) identificó, solo en Lima
Metropolitana, 36 puntos críticos donde podrían ocurrir desbordes por la
crecida de las aguas de los ríos Rímac, Chillón y Lurín, según la inspección
que anualmente ejecuta para conocer esta situación.
De
ese total, 23 puntos de peligro se encuentran a lo largo del río Rímac y están
ubicados en los distritos de Chosica (10), Chaclacayo (10) y Ate (3).
Otros
10 están ubicados en el trayecto del río Lurín, en los distritos de Pachacámac
(5) y Cieneguilla (5), mientras que los otros 3 puntos críticos corresponden al
río Chillón y han sido localizados en el distrito de Carabayllo.
El
especialista de la Dirección de Proyección Hidráulica de la ANA, Oscar Vargas,
indicó que en esas zonas es necesario que los municipios trabajen en la
descolmatación del cauce del río, pero también en algunos casos en la
colocación de defensas ribereñas con diques enrocados.
Detalló
que el informe completo, que da cuenta de la necesidad de ese tipo de obras en
137 ríos del Perú, fue entregado a las autoridades locales y regionales
correspondientes entre los meses de junio y julio últimos.
Sin
embargo, recordó que un informe similar se entregó el año pasado pero solo
entre el 10 y el 12 por ciento de las autoridades atendieron las
recomendaciones.
Advirtió
que muchas veces no se necesita demasiada agua para que se genere una
inundación, debido a que permanentemente las aguas arrastran arena y piedras lo
que va acumulándose en el cauce y elevando el fondo del mismo, provocando
inundaciones aunque haya bajo caudal.
El
experto sostuvo que el desborde de un río y sus consecuencias afecta a
muchos sectores y no solo a quienes viven cerca de éste, porque arruina las
viviendas contiguas pero también las carreteras por donde se transportan los
productos agrícolas.
"Al
cerrarse una vía por una inundación, eso puede devenir en encarecimiento de los
precios de los alimentos y en el desabastecimiento, por lo que finalmente
afecta a todos", dijo a la agencia Andina.
Por
esa razón, insistió en la necesidad de incentivar la cultura de la prevención
para que todos se sientan comprometidos en el cuidado de nuestros ríos.
Destacó,
asimismo, que la inversión en prevención de desborde de ríos resulta un buen
negocio, pues, por cada sol que se destina a ese fin, se logra un ahorro de 16
soles.
Anotó
que si bien la inversión es alta porque cada metro lineal de defensa
ribereña cuesta unos dos mil soles, se trata de obras prioritarias y urgentes
en salvaguarda de la vida y de los bienes, para las cuales los gobiernos
locales y regionales están obligados por la ley a destinar recursos.
En
Pachacámac, algunas de las zonas en peligro son Venturosa, Quebrada Verde,
Tomina, Santa Rosa de Mal Paso, Manchay Alto y Manchay Bajo.
En
Cieneguilla se considera puntos críticos a Molle Bajo y Toledo, entre otros,
mientras que en Ate figuran El carrizal y Las Esteras, Asociación Rosa manuel y
la Bocatoma Surco.
Asimismo,
en Chosica se ha identificado, entre otras zonas, a La Trinchera, Canto Gallo,
Bocatoma Huachipa y los asentamientos humanos Clorinda Málaga y 27 de Junio.
Finalmente,
en Carabayllo se han determinado como lugares de riesgo las zonas de Los
Ribereños, Bocatoma Torre Blanca y Cruce Caballero Huarangal.
NEL/Andina
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