La
próxima vez que pienses en resguardar tu identidad, tal vez tendrás más cuidado
de no tirar un chicle en la calle o una colilla de cigarro, pues estos
contienen datos suficientes de ADN como para replicar el rostro de una persona.
Heather Dewey-Hagborg es la
artista detrás de un proyecto llamado Visiones Extrañas, parte de la inciativa
Dewey Hagborg Project, la cual tiene como objetivo crear conciencia acerca de
la protección de datos personales y lo expuestas que están las personas en la
actualidad a que cualquiera utilice su información personal.
“El
proyecto consiste en generar rostros tridimensionales de extraños. Con
cabellos, chicles o cosas que tiran los extraños en la calle se extrae el ADN
que al pasar por procesos científicos genera un modelo en 3D del rostro de una
persona”, explicó el representante del Dewey Hagborg Project, Thomas Dexter, en
entrevista para Grupo Expansión en la feria sobre tecnología TagDF.
Dexter dijo que el objetivo del
proyecto es levantar conciencia entre la gente de lo que se puede hacer con su
información y su ADN, los cuales va dejando en la calle como una huella.
Usando un software que la artista
diseñó en Gen Space, un centro científico comunitario en Brooklyn, la
investigadora extrae de un cabello o un chicle, partes del código genético de
una persona como el color de los ojos, la forma de la cara o la tez de la persona,
datos que con ayuda del software generan un modelo tridimensional del rostro
que se imprime en 3D para después ser expuesto.
“Las
caras se imprimen y se muestran junto a las colillas o chicles de las que se
generaron, para que las personas puedan darse cuenta que toda su información
está libre y lo que significa en términos de seguridad no cuidarla”, detalló
Dexter.
Aunque los rostros generados no
son al 100% réplicas de las personas sí muestran una semejanza familiar,
explicó.
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