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El último lunes unos 475 buses tuvieron que retirar sus equipos de radio en
Cuenca, una ciudad al centro de Ecuador. La medida fue tomada luego de una
serie de conversaciones entre la Municipalidad provincial y la Cámara de
Transportes, gremio que agrupa a los transportistas urbanos de la ciudad.
Entre los argumentos para tal decisión se
expuso que ocho de cada diez usuarios se quejaron que cuando el chofer tiene la
radio a alto volumen no escuchan el timbre de las paradas, según informó el
diario El Tiempo.
La medida, cumplida sin contratiempos y
alteraciones, abre la discusión sobre el uso de los equipos de sonido en los
buses de transporte en Lima.
El
ruido del bus
En 2013 eran 31,500 las unidades de
transporte público que congestionaban las calles de Lima. Dos años después, a
pesar de iniciada la reforma de transporte, el número parece inamovible e
incluso parece haber crecido. Según el estudio 2014 de ‘Lima como vamos’, más
de la mitad de limeños encuestados lo considera entre los tres principales
problemas que enfrenta la ciudad.
Aparte de los choques, la falta de respeto
por las tarifas, el tráfico, los robos dentro de los vehículos y demás
problemas, los usuarios de transportes suman uno más que cada vez se hace más
criticado: el sonido de las radios dentro de los buses.
“La bulla es incontenible”, expresa Gerardo,
un señor de aproximadamente 70 años que desde la Av. Abancay, una de las más
bulliciosas de la ciudad, apunta que uno de los mayores problemas es el alto
volumen de estos aparatos, ya que muchas veces han impedido que pueda hablar
por teléfono desde el bus con normalidad.
Sonido
prohibido
En abril de 2012 se inició toda una discusión
en torno al uso de los equipos de sonido por parte de los choferes dentro de
los vehículos. No se trataba solo de la radio, sino en general de la música que
es frecuente encontrar dentro de un bus, cúster, combi o taxi de servicio
público.
El debate se generó a propósito de la
ordenanza 1599 dictada por la Municipalidad de Lima, que en ese entonces era
encabezada por Susana Villarán. La norma consideraba como sanción “prestar el
servicio utilizando equipos de sonido o televisión”. Aquellos que incurrían en
la falta serían multados con S/.365, monto equivalente al 10% de una Unidad
Impositiva Tributaria (UIT).
Tres años después, ya en la gestión de Luis
Castañeda Lossio, la ordenanza general fue modificada en algunos puntos, sin
embargo, la referida a considerar sanción al uso de equipos de sonido y
televisión fue ratificada, tal como se puede ver en el documento aprobado el 26
de marzo de 2015.
Dentro de los argumentos de la comuna para
aprobar tal decisión se encontró la distracción que generaba este tipo de
equipos para los choferes, lo que en el peor de los casos podría ocasionar un
accidente. ¿Lo novedoso? Que ahora la empresa, y ya no solo el chofer,
asumirían el costo de la infracción.
Radios
se quejaron
En medio de la noticia, el gremio radial fue
uno de los que más se opuso a la medida y pidió que la Municipalidad de Lima
aclare la sanción.
“Distracción es apartar a alguien de la
atención de la tarea sobre la que está puesto, pero la radio es entretenimiento
y eso significa hacer más llevadera la tarea”, explicó Daniel Chappell,
coordinador del Comité de Radio, cuando se publicó la norma en 2012.
El especialista, además, recalcó que la radio
tiene como papel principal informar y propuso a la comuna poner un límite al
volumen antes que impedir el uso de equipos de sonido.
A pesar de las recomendaciones, ni en 2012 ni
a comienzos de este año la Municipalidad de Lima realizó cambios al respecto.
Caso contrario, continuó señalando como infracción que los choferes dispusieran música dentro de sus unidades.
¿Se cumple la norma? Basta con salir a la
calle o tomar un micro para notar que poner música en los vehículos de
transporte urbano no es sancionada por las autoridades municipales. Es más, es
usual apreciar algún tipo de altercado entre pasajero y chofer por el volumen
alto o por el pedido de apagarlo. La norma es letra muerta.
Fuente:
Perú21
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