El
presidente egipcio, Mohamed Mursi, declaró hoy el estado de emergencia durante un mes en tres ciudades en el
Canal de Suez, que han sido el centro de la
violencia en los últimos cuatro días.
Este
domingo, siete personas murieron debido a disparos y cientos resultaron heridas en
Port Said durante los funerales de 33 manifestantes. Un total
de 49 personas fallecieron en las protestas que han ocurrido en todo el país
desde el jueves. Los opositores de Mursi convocaron a nuevas movilizaciones
para mañana, lunes.
“¡Abajo, abajo Mursi, abajo,
abajo el régimen que nos mata y nos tortura!”, gritaba la gente en Port Said mientras los
ataúdes de quienes perdieron la vida el sábado eran llevados por las calles.
En un
discurso transmitido por televisión, Mursi dijo que se aplicaría un toque de queda nocturno en Port Said, Ismailia y Suez, a
partir de la tarde del lunes. También convocó a un diálogo nacional con
importantes políticos. Cerca de 200 personas protestaron en Ismailia después
del anuncio.
“La
protección de la nación es la responsabilidad de todos.
Nosotros enfrentaremos cualquier amenaza a su seguridad con fuerza y firmeza
dentro de la competencia de la ley”, dijo el mandatario, agregando que
ofrecía sus condolencias a las familias de quienes murieron en las ciudades.
Los
manifestantes acusan a Mursi, elegido en junio con el apoyo de los Hermanos
Musulmanes, de traicionar los objetivos de la revuelta. La mayoría de las muertes ocurrieron
en Port Said y Suez, ciudades donde se ha desplegado el Ejército.
La
violencia está entorpeciendo los esfuerzos del gobernante por recuperar una
economía en crisis y revertir el desplome de la moneda egipcia. La polarización y la falta de seguridad que golpea Egipto pone en entredicho
las elecciones parlamentarias que
tienen previsto celebrarse en abril.
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