Decenas
de seguidores de uno de los periódicos más liberales de China se manifestaron
el lunes en las afueras de su sede en una extraña protesta contra la censura,
respaldando una inusual huelga de periodistas contra
la interferencia del jefe provincial de propaganda.
La protesta en
Guangzhou, capital de la provincia sureña de Guangdong, se produce en medio de
una creciente disputa entre el Gobierno y el pueblo sobre la libertad de prensa.
También constituye un primer examen para el compromiso de reforma del jefe del
Partido Comunista, Xi Jinping.
La protesta comenzó
a fines de la semana pasada, luego de que manifestantes del influyente diario
Southern Weekly acusaran censura en el reemplazo de una carta de Año Nuevo para
los lectores que pedía un Gobierno constitucional por otro artículo que
elogiaba los logros del partido.
La policía permitió la manifestación fuera de las oficinas del Southern Group,
lo que demostró que el Gobierno de Guangdong, encabezado por la flamante y
creciente estrella política Hu Chunhua, quiere manejarse con cautela para
contener el enojo público por la censura.
Los manifestantes,
en su mayoría jóvenes, mostraron pancartas con las leyendas “La libertad de
expresión no es un delito” y “El pueblo chino quiere libertad”. Muchos portaban
crisantemos amarillos para simbolizar el luto por la muerte de la libertad de
prensa.
La atención puesta
en la protesta subraya la posición única que adopta Guangdong, la provincia más
rica y liberal y la cuna del programa de “reforma y apertura” de China. En una
maniobra simbólica, Xi optó por ir a Guangdong en su primer viaje tras haber
sido electo jefe del Partido Comunista en noviembre.
El domingo a la
noche, el microblog oficial del Southern Weekly negó haber quitado la carta de
Año Nuevo por motivos de censura y alegó que los “rumores online fueron
falsos”. Esos comentarios generaron críticas de parte de usuarios chinos de
Internet.
Muchos periodistas
del diario se desligaron del comunicado publicado en el microblog, que dice que
fue realizado por los administradores, y prometieron ir a huelga el día
siguiente.
Varias cartas
abiertas circularon en Internet pidiendo la renuncia del jefe de propaganda de
Guangdong, Tuo Zhen, culpándolo por hacer acallar a la prensa.
Los usuarios de
internet de China ya padecen una censura extensiva, en especial en temas
políticamente sensibles como los derechos humanos, y algunas webs populares en
todo el mundo como Facebook , Twitter y YouTube están bloqueadas.
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