KFC está temblando
estos días después de que haya salido a la luz la fotografía hecha por Ibrahim
Langoo, un estudiante, de un cerebro arrugado que encontró en una de sus piezas
de pollo. Imagen que, a través de internet, ha dado la vuelta al mundo y
puede que haya provocado que la cadena de comida rápida haya tirado a la basura
millones de dólares de publicidad para la marca.
Lagoo,
de 19 años, posteó la imagen tras encontrarse este órgano en su pieza de pollo
en un establecimiento de Colchester. KFC, por su parte, dice que no es
un cerebro sino un riñón.
El
joven aseguraba en declaraciones a The Sun: “Lo lancé a mi bandeja
inmediatamente.
Parecía un cerebro. De repente empecé a marearme y a
encontrarme muy mal”. El estudiante añade que avisó a los empleados pero que
nadie quiso ayudarle.
Un
portavoz de KFC ha asegurado que “por la fotografía parece que un riñón, no un
cerebro, no se apartó durante el proceso de elaboración”.
“Lamentamos
mucho la mala experiencia de Langoo y, aunque no había riesgo para su
salud, estamos de acuerdo en que es algo muy desagradable”.
La
cadena de comida rápida le ha dado a Langoo algunos vales para resolver esta
mala experiencia pero el estudiante insiste en que jamás volverá a un KFC.
Fuente: marketingdirecto.com
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