Noticias en Línea. Escocia rechazó la independencia por un margen amplio y optó por
seguir en el Reino Unido tras la promesa de recibir más competencias, un
desenlace recibido con alivio por Londres, Madrid y Bruselas.
"Estamos
muy felices de que Escocia siga estando con nosotros", dijo el presidente
del gobierno español, Mariano Rajoy, contrario a la consulta independentista
que en su país pretende celebrar el gobierno de Cataluña.
El
"no" logró en Escocia casi 400,000 votos más -2 millones 001,926 de
votos versus 1 millón 617,989-, con una tasa récord de participación del 84,59%
de los 4,3 millones de electores registrados.
"Estoy
decepcionado, pero las cosas seguirán como estaban, así que tampoco va a
cambiar mi vida", dijo a la AFP Danny Trench, de 23 años, camino al
trabajo en Edimburgo.
Se
trata de una diferencia superior a la que auguraban la mayoría de los sondeos,
un extremo que confirma la tesis de "la mayoría silenciosa" contra la
independencia que esgrimían los unionistas frente al fervor de la campaña
independentista.
"Ha
llegado la hora para nuestro Reino Unido de unirse e ir hacia adelante",
dijo el primer ministro británico conservador David Cameron en un discurso a la
nación ante su residencia de Downing Street.
"El
debate ha quedado zanjado, por una generación y quizás, como dijo Alex Salmond,
para toda la vida", agregó.
Cameron
defendió la decisión de conceder a Escocia la posibilidad del referéndum porque
el Partido Nacional Escocés (SNP) ganó las elecciones de 2011 con mayoría
absoluta y la independencia en su programa.
"Amo
el Reino Unido, pero también la democracia", dijo Cameron.
Poco
antes, Alex Salmond, jefe del gobierno regional, líder de los independentistas
y del SNP, reconoció su derrota.
"Es
importante decir que nuestro referéndum fue un proceso pactado y consentido, y
Escocia ha decidido por mayoría que en este momento no va a ser un país
independiente", dijo Salmond en Edimburgo.
Los
independentistas contaban con una amplia victoria en Glasgow, la ciudad
escocesa más poblada, donde el Sí se impuso pero por tan sólo un 54,5% frente
al 46,5%.
El
debate sobre poner punto final a 307 años de historia común ha levantado
pasiones.
El
temor al impacto económico de la separación, alimentado por el traslado a
Londres del domicilio social de bancos como Royal Bank of Scotland en vísperas
del referéndum o la posibilidad de no poder seguir usando la libra, acabó
frenando la opción independentista.
"No
creo que los escoceses quieran estar en el Reino Unido pero tuvieron miedo de
cosas como el cambio de divisa. Y no les culpo. Soy brasileña, y cambiar de
moneda es horrible, te acuestas con una cantidad de dinero y al día siguiente
tienes otra", dijo Andreia Rodrigues, de 38 años, empleada de una
cafetería.
En
vísperas del referéndum, Cameron, su aliado gubernamental liberal demócrata
Nick Clegg y el líder de la oposición laborista Ed Miliband se comprometieron
por escrito a iniciar el proceso de ampliación de competencias este mismo
viernes.
"Vamos
a honrar ese compromiso", dijo Cameron este viernes, que anunció sin
embargo que cualquier "trato nuevo y justo para Escocia" se ampliará
a Irlanda del Norte y Gales, pero también a Inglaterra, la única de las cuatro
regiones constituyentes del Reino Unido sin parlamento ni gobierno autónomo
propio.
Los
escoceses "lograrán la mayoría de las cosas de un Estado independiente,
sin los riesgos", pronosticó Tony Travers, profesor del departamento de
gobernanza de la London School of Economics.
Sobre
Inglaterra, Travers dijo que el desafío será adivinar "qué le puede dar el
Reino Unido".
Entre
tanto, Europa respira aliviada con el resultado en Escocia, que podría haber
provocado un contagio a otras regiones del bloque.
Este
viernes, el parlamento autónomo de Cataluña se disponía a aprobar la ley que
abre la vía a la celebración de su propia consulta independentista el próximo 9
de noviembre, considerada inconstitucional por el gobierno español.
El
resultado del referendo escocés es "bueno para una Europa unida, abierta y
fuerte", dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao
Barroso.
"Confieso:
el resultado me alivia", declaró por su parte el presidente del Parlamento
Europeo, Martin Schulz.
Desde
que el ex primer laborista británico Gordon Brown irrumpió en la campaña, tras
cuatro años apartado de la política, el unionismo contuvo la hemorragia de
votos que llegó a poner a los independentistas brevemente por delante en los sondeos.
El
miércoles pidió a los suyos que mantuvieran la cabeza alta y no permitieran a
los nacionalistas monopolizar el sentimiento escocés, en un discurso en Glasgow
muy celebrado en las redes sociales.
"Luchamos
dos Guerras Mundiales juntos. No hay un cementerio en Europa en el que no
yazcan codo a codo un escocés, un galés, un inglés y un irlandés. Cuando
pelearon, nunca se preguntaron de dónde venían", dijo.
NEL/Andina
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