Poco
a poco, a medida que las evidencias la ponían al descubierto, la ministra de
Justicia, Eda Rivas, fue retrocediendo en su postura
inicial de negar cualquier tipo de vínculo con la filtración de
las fotografías de la celda de Alberto Fujimori.
Así, luego de que quedara comprobado, de
manera fehaciente, que las imágenes que aparecieron en ciertos medios impresos se
tomaron el 24 de setiembre último, cuando visitó, junto al jefe del INPE, José Pérez Guadalupe, y a personal de prensa de su
despacho, el penal donde cumple condena expresidente –en ese momento internado
en una clínica–, la funcionaria no tuvo otra
salida que admitir que las fotos son las mismas que están en los archivos del
Minjus.
“No
es un archivo secreto, no es algo que esté bajo siete llaves”, dijo a su salida del Cogreso a manera de justificación,
al ser abordada por periodistas, pero insistió en que ella no filtró las
fotografías. Incluso, pretendió que se ‘voltee la página’, pero ante la
insistencia de los medios, indicó que se hará una investigación para dar con
los responsables de la filtración.
Gracias a Picasa, la herramienta gratuita de Google para organizar y retocar fotos,
se pudo extraer los datos .EXIF (Exchangeable image file format) o metadatos de
las imágenes, que revelan, por ejemplo, el día y la hora en que tomaron,
así como el tipo de cámara que se usó y la fecha en que las fotos se editaron
(7 de noviembre último alrededor de las 11 de la noche, un día antes de que
aparecieran publicadas).
De esta forma, se confirmó que todas las
imágenes fueron tomadas el 24 de setiembre alrededor de la 1 de la tarde, cuando los únicos que estaban el lugar, según el libro de visitas del
penal de Barbadillo, eran Rivas, Pérez Guadalpe y el equipo de prensa del
Minjus.
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