Griselda Blanco, la jefa
del narcotráfico conocida por su sangriento estilo de venganzas callejeras
durante la era de los “cocaine cowboys”en el Miami de los 70’s y los 80’s, fue
asesinada el lunes en Medellín por sicarios que viajaban en motocicleta.
Blanco, de 69 años, pasó
casi dos décadas en prisión en Estados Unidos por tráfico de drogas y por tres
asesinatos, incluyendo la muerte de un niño de 2 años de edad en Miami.
Llamada la “Madrina de la Cocaína ”, fue deportada en
el 2004 a Colombia, donde mantuvo un bajo perfil.
La policía nacional de
Colombia confirmó su muerte el lunes por la noche. De acuerdo con reportes de
la prensa colombiana, dos asesinos a sueldo que iban en motocicletas se
acercaron a Blanco cuando salía de una carnicería en Medellín, su ciudad natal.
Un hombre le disparó dos veces a la cabeza según el diario El
Colombiano.
Esta era la manera de
morir que muchos le habían pronosticado: a Blanco se le acredita el haber
inventado la idea del “asesino en motocicleta” que se acercaba a sus víctimas y
las rociaba de balas.
“Nos sorprende a todos
que no la hubieran matado antes porque se hizo de muchos enemigos”, dijo el ex
detective de homicidios de Miami, Nelson Andreu, quien participó en las
investigaciones de sus actividades. “Cuando uno mata a tanta gente y lastima a
tanta gente como lo hizo ella, es sólo cuestión de tiempo para que te
encuentren y traten de igualar la balanza”.
La ex narcotraficante
estaba con una cuñada suya embarazada, quien resultó ilesa. De acuerdo con El
Colombiano, la mujer le dijo a la policía que Blanco ya no estaba
involucrada en actividades criminales y que esperaba vivir de la venta de
varias propiedades que poseía.
Blanco se convirtió en la
imagen de las masacres de los “cocaine cowboys” de los 80’s, cuando bandas
rivales de traficantes de drogas emboscaban en público a sus rivales.
Criada en los barrios
bajos de Medellín, Blanco inició su carrera criminal como carterista, llegando
a comandar un imperio que presuntamente enviaba 3,400 libras de cocaína por
mes, en barcos y en aviones.
Fue considerada como una
de las pioneras colombianas del contrabando de drogas a Estados Unidos y una
precursora de los grandes carteles que dominaron el mercado a fines de los
80’s. Incluso hizo que una tienda de lencería de Medellín le diseñara sostenes
y fajas con bolsillos para llevar cocaína, los que eran usados por sus “mulas” que
transportaban la droga a Miami.
La mujer administró su
organización con tres de sus cuatro hijos, dos de los cuales fueron
posteriormente asesinados en Colombia.
Blanco era conocida por
su extravagante estilo de vida -uno de sus hijos se llamaba Michael Corleone en
honor el personaje de El Padrino. Tres de sus esposos también
murieron en incidentes de violencia relacionados con las drogas.
Pero fueron su carácter
volátil y su proclividad a la insaciable violencia lo que terminó llamando la
atención de las autoridades y del público en general.
La policía la relacionó
con la famosa balacera con subametralladoras a plena luz del día en el Dadeland
Mall, que conmocionó a Miami en 1979.
Los detectives estimaron
de manera conservadora que era responsable por unos 40 homicidios, aunque sólo
fue condenada por tres.
Fuente: Noticias en Línea
– El Nuevo Herald
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