Noticias en Línea. Al joven sacerdote
peruano Luis Antonio Palomino Palacios le gusta la figura bíblica del buen
samaritano. Por eso decidió meterse en política y resultó elegido en 2007
alcalde del pueblito ancashino de Quillo, ubicado en la provincia de Yungay.
Su
ascenso político fue tan meteórico que su nombre, actualmente, forma parte de
una lista negra de lo que él denomina una "mafia satánica".
Palomino,
antes de todo, tuvo que lidiar cordialmente con el obispo Luis Bambarén para
obtener su autorización y dejar temporalmente su cargo de párroco de Quillo.
La
motivación del párroco fue la penosa situación de la educación escolar en su
poblado.
Quillo
era entonces el distrito con el menor desarrollo humano del Perú, según un
reporte de las Naciones Unidas. El 54% de la población era analfabeta y solo el
17% de los escolares llegaba a la secundaria.
Palomino
hizo gestiones exitosas y logró el financiamiento de la ONG española Mapayn
Mundi por S/.7 millones y pactó convenios con la UGEL de Yungay para la
contratación de profesores.
Gracias
a un programa escolar que puso en marcha, el número de niños que van a la
escuela pasó de 2800 a 4200, los colegios secundarios aumentaron de dos a ocho
y los iniciales de 3 a 10. En el 2009, el padre Palomino fue elegido por la ONG
Ciudadanos al Día como el mejor alcalde del Perú. En el 2010, el religioso
culminó su mandato.
Poco
después, el cura fue incluido en la lista negra de la mafia, que presuntamente
dirige el presidente regional de Áncash, en represalia por varias denuncias
contra el gobierno regional.
El
sacerdote vive hoy en la semiclandestinidad y teme por su vida.
Ayer
se presentó -vestido como un sacerdote- en el programa de Canal 4 Sin peros en
la lengua, donde afirmó que en Áncash predomina hasta hoy "una mafia satánica"
dirigida por César Álvarez y con conexiones en Lima.
Mafia letal. "Hay mucho por investigar, realmente hay una mafia satánica
que decide la vida de las personas".
Consultado
si es solo Álvarez quien lo dirige, el cura respondió que "hay algo más
arriba que Álvarez, que llega hasta Lima" y mencionó a los congresistas
Heriberto Benítez y Víctor Crisólogo y al empresario Martín Belaunde Lossio,
vinculado con la propiedad de un medio de comunicación. "Podrían ser los
tres, hay mucho que investigar", manifestó.
No será candidato. El sacerdote
fue explícito en asegurar que no será candidato al gobierno regional de Áncash
como muchos piensan.
Recuerda
que dejó su labor de alcalde para volver al sacerdocio, pero que siempre será
un buen samaritano. El samaritano de la Biblia se detiene en el camino y cura
al hombre herido por unos asaltantes, mientras otros pasan de largo,
ignorándolo. "He sido y voy a seguir siendo todo el año (un samaritano).
No voy a ser candidato", aclaró.
Reconstruir. El sacerdote
más bien exhortó a todas las asociaciones de ancashinos a reconstruir Áncash.
Refirió
que quiso apartarse de la actividad política para dedicarse a su madre, una
anciana hipertensa y con males cardíacos.
"Pero
no podemos apartarnos. Monseñor Bambarén ha dicho 'pierdan el miedo', y yo
estoy aquí. Tenemos que unirnos para reconstruir Áncash", anunció.
Luego
emplazó frontalmente a Álvarez y lo conminó a apartarse de Áncash, "pero
que se aparte de verdad, no solo de las elecciones, que deje de manipular a la
población".
Añadió
que los ancashinos no pueden permitir que se continúe acabando con la vida.
"Tantas
muertes -dijo-. Para mí la mafia satánica es responsable de las muertes.
Álvarez integra esa mafia satánica", afirmó.
Pese
a las amenazas el cura no tiene el resguardo policial que ha solicitado a las
autoridades. "De repente saliendo del canal me dan un tiro", dijo sin
dramatismo.
El enigma Calderón. En otro ángulo
del tema, el congresista Juan Díaz Dios se enfocó en la figura del enigmático
candidato regional por Áncash Juan Calderón Altamirano, líder del movimiento
"Juntos por Áncash".
Diversos
reportes, según el parlamentario, aseguran que "este señor en su momento
fue un sicario de César Álvarez, y que se encargaba de los trabajos sucios de
Álvarez. Se habrían peleado porque postuló en la misma lista (al Congreso) que
Heriberto Benítez y no fue elegido".
Añade
Díaz Dios, que Calderón Altamirano fue separado de la Policía Nacional por
estar involucrado en un intento de asesinato contra un miembro de la Policía,
así como en la muerte "de su propia hermana".
Según
Díaz Dios, hay indicios de una presunta participación de Calderón en el
asesinato del vicepresidente del gobierno regional de Áncash, José Sánchez
Milla en 2010.
"El
asesinato fue en Trujillo y, hasta ahora, no se sabe qué hacía este señor en
Trujillo, llegando (a esa ciudad) antes que sus propios familiares".
"Se
trata de una persona que hace años camina con diez guardaespaldas
armados", aseveró.
Al
respecto, el sacerdote Luis Palomino añade que Juan Calderón Altamirano fue
integrante de los llamados "comandos" de César Álvarez, es decir el
grupo de choque que la cuestionada autoridad regional utilizaba contra sus
adversarios.
Díaz
Dios reiteró su propuesta según la cual el parlamentario Heriberto Benítez debe
ser apartado de las investigaciones a César Álvarez, pues a su juicio está
demasiado comprometido con los oscuros sucesos de Áncash.
NEL/Correo
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