La policía cargó hoy por
segundo día consecutivo contra miles de manifestantes que pedían en Nueva Delhi
mayor seguridad para las mujeres y la pena de muerte para los seis violadores
de una joven que permanece hospitalizada en estado grave.
Las fuerzas de orden emplearon
bastones y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, congregados en
la céntrica plaza de la Puerta de la India y frente al vecino palacio presidencial
de Rashtrapati Bhavan, protegido por un fuerte cordón policial.
Ambos lugares fueron ayer
escenario de una primera manifestación masiva en la que la policía ya empleó
material antidisturbios y en la que al menos una decena de personas fueron
heridas de diversa consideración, según el canal de televisión NDTV.
A última hora de esta tarde se
desconocía el número de heridos en la concentración de hoy, algo menos
multitudinaria pero en la que, como en la de ayer, algunos manifestantes
lanzaron piedras contra los agentes de policía y trataron de levantar
barricadas.
De acuerdo con medios locales,
en la manifestación del domingo participaron jóvenes simpatizantes del
hinduista Bharathiya Janata Party, de derecha radical y la primera fuerza de la
oposición.
Los incidentes de este fin de
semana son el último episodio de la movilización popular que se registra en
capital india desde la violación el pasado domingo de una joven por seis
hombres en un autobús, cuando regresaba a casa tras acudir al cine con un amigo.
La joven, de 23 años, fue
arrojada después al asfalto desde el vehículo en marcha, y permanece
hospitalizada con graves daños internos, principalmente en la vagina y el
hígado.
Según fuentes del Hospital
Safdarjung, donde se encuentra ingresada, la joven registró el sábado una
mejoría pero su estado volvió a agravarse el domingo.
La policía ha detenido a los
seis supuestos autores de la violación, entre los que figura el conductor del
autobús.
La Oficina Nacional de
Registro de Crímenes reveló en 2011 que cada 20 minutos una mujer es violada en
la India.
En solo uno de cada cuatro
casos, no obstante, el violador es condenado debido a la negligencia y la
corrupción en el cuerpo policial, lo que para analistas locales explica la ola
de indignación popular que ha desatado el caso.
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