sábado, 6 de octubre de 2012

Yoani Sánchez: "Intentaron desnudarme; me resistí y pagué las consecuencias"

"Intentaron desnudarme. Me resistí y pagué las consecuencias", señaló la bloguera disidente cubana Yoani Sánchez en su versión sobre las 30 horas que pasó detenida por las autoridades cubanas, publicada este sábado por el portal Internet del diario El País , del que ella es corresponsal.

Yoani Sánchez fue liberada el viernes tras su detención en Bayamo, en el sudeste de Cuba, adonde se dirigía para cubrir el juicio del político español Angel Carromero, de 27 años, que conducía el coche que el pasado 22 de julio se estrelló contra un árbol, provocando la muerte del conocido opositor Oswaldo Payá.

La bloguera estimó que esta detención le permitió vivir desde el interior "la presión alrededor de un detenido" que ejercen las autoridades cubanas.

Tras su arresto, que según su estimación, fue de unas dimensiones habitualmente reservadas a "una banda de narcotraficantes o un prolijo asesino en serie", dijo fue conducida a un cuarto por tres mujeres vestidas de uniforme que trataron de desnudarla. "Me resistí y pagué las consecuencias", escribió haciendo referencia a un momento de "máxima tensión", pero sin precisar más.

A continuación, Sánchez explicó cómo un policía trató de "dialogar" para arrancarle un testimonio que poder utilizar contra ella, como procedieron con Carromero, según la bloguera. "Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo", dijo. "Me imagino de inmediato a Carromero sometido a la misma tensión de amenaza y 'buen talante'... difícil sobrellevar algo así por largo tiempo".

Ella resistió y se protegió repitiendo: "Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho".

Finalmente, la policía le permitió hacer una llamada a su padre, tras la cual la bloguera entró en la segunda fase. "La llamé hibernación". "Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores", dijo.

La mayor parte del tiempo, Yoani Sánchez dijo que fue grabada y sometida a una presión moral constante. "Una dureza que no estaba en el golpe o en la tortura, sino en la convicción de que no se podía confiar en nada de lo que ocurría dentro de esas paredes".

"Pero organicé mis ideas y mi voz para que no pudieran ser transmitidas menoscabando mis convicciones", explicó. Sin embargo, la disidente estimó que lo que le ocurrió no es más que "un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro".

Fuente: Noticias en Línea – La Nación/Argentina

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