En los
próximos cuatro
meses siete
vetustos edificios que se levantan entre las avenidas
Tacna y Colmena,
hoy tan grises como abandonados, cambiarán
su rostro agónico
por uno vigoroso y reluciente.
No es
una invención, será una realidad. Don
Jaime Díaz, lustrabotas del lugar, no lo cree. Levanta la
mirada, sonríe con desconfianza y señala una moribunda casona de tres pisos,
color mostaza, que ha visto anochecer lentamente durante los últimos treinta
años de su vida. “En esa esquina donde funcionaba un local de ‘a sol la barra’,
ahora dicen que se va a construir Plaza
Vea; hay que ver para creer”.
En la cuadra seis de la avenida Tacna se
levantan hoy frente a frente la gigantesca tienda Sodimac y el hipermercado Tottus. Pero el comercio se extingue en
sus alrededores, no trasciende. Compruébelo. Camine directo hacia la avenida Wilson y solo hallará un deslucido tragamonedas que funciona en el primer piso
de un gigante
de cemento de 20 pisos. Es el último edificio de la avenida
Tacna. Tiene la numeración 696 y es habitado solo por algunas familias. Por lo
menos 120
departamentos están abandonados.
Hoy Tacna y La Colmena son simples avenidas de paso para
las casi dos millones de personas que recorren a diario el Centro Histórico de
Lima. Pero esta realidad cambiará a partir del 2013.
APOSTAR POR EL CENTRO
En esta conocida y concurrida intersección
de Lima, donde se levantan cinco
‘elefantes blancos’ de principios y mediados
de siglo XX, una empresa española acaba de comprar una manzana entera casi al
final de la avenida Tacna, a un paso del supermercado
Tottus. Sí, en ese espacio tétrico, que por las noches se
transforma en uno de los ambientes más sórdidos de Lima, se abrirá el próximo
año un nuevo espacio comercial, que irá de la mano con la cultura.
La empresa Arte
Express y
compañía ha adquirido siete edificios que sucumbían en el olvido. Uno de ellos
es el otrora hotel
Crillón, donde ya funciona el call
center (centro de
llamadas) Allus.
En otros predios funcionará un Urban
Hall, una propuesta comercial de lujo que se extenderá en el
primer piso de una mole de la cuadra 6 de la Av. Tacna. También se
instalará una galería de arte, librerías y un espacio gratuito para la
proyección de películas clásicas y de vanguardia.
Fernando
Palazuelo,
gerente general de Arte
Express, está convencido de que se puede cambiar el rostro
adusto de Lima y despertarlo del letargo y la postración con propuestas
novedosas y culturales. En La Colmena
545, donde hoy solo vemos una ruinosa fachada, Palazuelo y
compañía van a levantar 117 viviendas para parejas jóvenes. Al lado, en los
ambientes de lo que fue el hotel Crillón, –afirma– se abrirán oficinas financieras.
El Cine
Colmena 1 y 2, donde se siguen proyectando películas pornográficas de
alto calibre, pronto también será remodelado. Y su programación se dirigirá a
otras audiencias.
OBRAS CON RESPETO
“Hay que procurar que el proyecto de rehabilitación respete la originalidad del inmueble
intervenido. Una vez restaurado el local se pensará en actividades comerciales
acordes a esa estructura”, adelanta el empresario español, quien ha dedicado
buena parte de su vida a restaurar joyas arquitectónicas alrededor del mundo.
Él dice que escucha, siente y observa el
alma de los edificios, antes de echar manos a la obra. Esos inmuebles antiguos
son como mujeres: “sensibles y con necesidad de un cuidado especial, de cariño
y poesía”.
Palazuelo
llegó a Lima en el 2004 y lo primero que hizo fue
pedirle al taxista que lo traslade al Centro de Lima. ¡Es peligroso!, le dijo
el chofer, pero no le importó. Quería ver esos predios del siglo XIX, que se
resistían al inexorable paso del tiempo. Fundó su compañía. No lo dudó e inició la compra de
edificios moribundos. No ha parado desde entonces. Hoy tiene 17
propiedades.
–Nos hemos caracterizado por comprar los
edificios que los demás no quieren –afirma. Y verdad le sobra. Hace cinco años
le ofrecieron la casona donde funcionó la compañía de teléfonos, en la primera
cuadra del jirón Miro Quesada. Le pedían 200 mil dólares. Y él los pagó. En
Miro Quesada y Carabaya, Palazuelo ha rescatado cinco edificios, que hoy lucen
espléndidos o imponentes.
“El
Centro ya está consolidado, está vivo. Ahora tenemos que intervenir en la
periferia Montserrat, el Rímac y Barrios Altos”.
RECUPERAR JIRONES
Caminar (o manejar) por el jirón Rufino Torrico,
saturado de imprentas (más de 100 locales), es una pesadilla. En esta arteria
lo primero que se siente es un desagradable olor a tinta y químicos. Ruidosas rotativas hacen temblar
los cimientos. Verá como hormigas a carretilleros transportar
rumas de papel y tarros de tintas.
El
caos hace de este angosto jirón uno de los más congestionados de la ciudad. Y
no tanto por los autos que por allí circulan sino por la cantidad de imprentas.
Más de 3.000 pequeños negocios dedicados a este rubro.
Los jirones
Ica y Ucayali también estaban atestados de
imprentas. Hoy ya no están allí. Los trabajos para convertir esta vía en un
paseo peatonal las ahuyentaron. Pronto usted podrá pasear por allí. Otros
cuatro jirones del centro serán convertidos en paseos peatonales. Las obras las
hará la Empresa
Municipal Inmobiliaria de Lima (Emilima) con una inversión de
más de 13 millones de soles.
Estos jirones son: Áncash y Carabaya, en los
alrededores de Palacio
de Gobierno; las cuadras 5 y 6 del Jr. Ucayali, cruzando la
avenida Abancay, hasta la calle
Capón. Además, los jirones Paruro y Andahuaylas (ver infografía).
En los alrededores de esos jirones hay 260 inmuebles, de los cuales el 70% se
encuentra en “estado ruinoso”.
En el Centro existen casi un millón de
metros cuadrados de edificios abandonados y subutilizados, que pueden
“reciclarse". Según Carlos
Castillo, gerente de Emilima, en esos predios pueden vivir 10
mil familias, que repoblarían el Centro en los próximos 5 años.
HAY 2.500 MILLONES DE DÓLARES EN INMUEBLES DESHABITADOS
Si vemos el Centro de Lima en cifras
monetarias, existen 2.500 millones de dólares en inmuebles, la mayoría de ellos
abandonados, afirma Iván
Icochea Ruiz de Somocurcio, gerente comercial de Urbi Propiedades del Grupo Interbank. Esta
entidad ha comprado un edificio de la esquina de las avenidas Colmena y Tacna
para transformarlo en un supermercado Plaza Vea.
El cambio del rostro de Lima es una tarea
difícil pero no imposible. Según Icochea, la ciudad carece de un plan
inmobiliario integral, en el que actúen la Municipalidad de Lima, el Gobierno,
la Iglesia,
la Beneficencia
Pública y la empresa privada.
"Ahora cada uno ve por su lado, no hay
un plan", dice. Entonces ¿qué alternativas tiene el Centro de Lima?
Icochea propone habilitar oficinas de clase B en la avenida Abancay, hoy
plagada por comercios de todo tipo. Peatonalizar Mesa Redonda y convertir los jirones Huallaga y
Cailloma en un eje financiero. "Lima tiene un millón de metros cuadrados
aún por explotar", afirma.
EN CIFRAS
1 millón de m2 subutilizados o abandonados
existen en el Centro.
50% de los edificios ubicados entre Tacna y
Colmena están abandonados.
3 mil locales de imprenta siguen funcionando
hasta hoy en el Damero de Pizarro.
CLAVES
En diciembre del 2012, Arte Express, la
empresa de Fernando
Palazuelo, habrá rehabilitado 25
edificios en el
Centro de Lima.
En el 2013, Emilima invertirá S/. 20 millones para
destinarlos a obras de recuperación de edificios y calles.
Fuente:
Noticias en Línea – La República
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